Se le pedirá a los alumnos y alumnas de la clase que escriban su nombre en una hoja. La condición que deben cumplir es que su nombre se pueda leer desde lejos, por supuesto la pueden decorar como ellos quieran.
Una vez terminada la primera actividad, los niños deberán poner la hoja sobre sus labios sosteniéndola con ambas manos desde sus bordes. Mientras la hoja está rozando sus labios fonarán la letra «B», esto durante varios segundos.
Ahora se recogerán las hojas de todos y las pegarán en el pizarrón, para lo cual hará falta una cinta de papel. El paso siguiente sería elegir a un alumno o una alumna y pedirle que pase al frente y diga su nombre, luego se le pedirá que se dirija hacia la otra punta del salón de clase y desde allí repita su nombre. Una vez allí se le pedirá ahora que cante un pedacito de una canción que ya tengan en repertorio. A continuación se le indicará que imagine que sus labios están pegados en la hoja que tiene su nombre, la cual sigue pegada en el pizarrón, y vuelva a cantar ese mismo pedacito de la canción. Seguramente la sonoridad de la voz de ese alumno o alumna habrá cambiado y quizás hasta tenga un poco mas de presencia.
Obviamente debemos repetir esta actividad con todos los alumnos de la clase; teniendo en cuenta que ya conocemos al grupo sabremos a quién le puede llegar a costar esta actividad por alguna inseguridad detectada con anterioridad. Para aquellos niños o niñas que creamos que de alguna manera puede llegar a ser incómoda esta propuesta, y no se hayan ofrecido como voluntarios a pasar, realizaremos la misma actividad pero de una manera diferente. Ya llegando al final de la lista de alumnos a pasar y, bajo el pretexto de que no tendremos tiempo para seguir así, uno por uno, pasarán todos juntos los alumnos y alumnas que no lo hayan hecho.
Para finalizar la actividad se les pedirá a todos pasar a cantar la canción completa, cada uno desde su lugar. Recordemos tener en cuenta que deben imaginar sus labios pegados a la hoja que tiene su nombre.